PULGARAZO
Había
una vez un niño que era extremadamente rico. Él era muy alto y solo
tenía 7 años; más o menos podríamos decir que medía 1'70
centímetros y por eso le llamaban Pulgarazo.
Pulgarazo
era hijo único y era muy travieso. Sus padres estaban hartos de él
y tenían que contratar a una niñera que le cuidase. Pero lo que los
padres no sabían, es que la niñera era tan joven que no podía
controlar al niño.
Pero
a Pulgarazo, un día se le ocurrió perder a la niñera por el
parque. Él salió corriendo y Lisa, fue detrás de Pulgarazo. Ella
no se esperaba perderle; por lo cual su trabajo estaba finiquitado.
A
la hora siguiente Pulgarazo apareció en la casa riéndose y Lisa se
lo contó todo a los padres. Ellos tuvieron que tomar medidas.
Pulgarazo no se lo podía creer, ¡le habían quitado todo lo que
tenía! Él estaba muy enfadado con sus padres y sobre todo con Lisa
por decir lo que había hecho. Sus padres se dieron cuenta que
Pulgarazo estaba destrozado, por lo cual le preguntaron si se
arrepentía de lo que había hecho. Él dijo que no; pero también se
defendió diciendo que ella no le cuidaba, sino que se pasaba todo el
rato hablando con sus amigas. Los padres tuvieron que despedir a Lisa
por lo que dijo Pulgarazo. Él arrepentido de sus actos, fue a la
casa de Lisa para arreglarlo. La niñera le perdono y contesto que
quería seguir cuidándolo porque en verdad lo quería mucho y no
esperaba separarse así.
Pulgarazo
se hincho a llorar y le dijo que podían verse todos los días en el
parque para hablar y pasear sin que nadie les molestase.
Y
colorín, colorado esté lioso cuento se ha terminado.