¿Por qué hago esté blog?

¿POR QUÉ HAGO ESTE BLOG?

Me llamo Lucía, y soy una alumna de 6º de primaria.

Este blog lo he creado porque mis compañeros de clase y yo tenemos muchos textos, y pensamos enseñárselos al mundo para que vean que nos esforzamos por aprender, por eso, cada uno creó un blog para que pudieran ver nuestros trabajos.


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domingo, 27 de mayo de 2012

Cuento transformado.

  PULGARAZO

Había una vez un niño que era extremadamente rico. Él era muy alto y solo tenía 7 años; más o menos podríamos decir que medía 1'70 centímetros y por eso le llamaban Pulgarazo.
Pulgarazo era hijo único y era muy travieso. Sus padres estaban hartos de él y tenían que contratar a una niñera que le cuidase. Pero lo que los padres no sabían, es que la niñera era tan joven que no podía controlar al niño.
Pero a Pulgarazo, un día se le ocurrió perder a la niñera por el parque. Él salió corriendo y Lisa, fue detrás de Pulgarazo. Ella no se esperaba perderle; por lo cual su trabajo estaba finiquitado.
A la hora siguiente Pulgarazo apareció en la casa riéndose y Lisa se lo contó todo a los padres. Ellos tuvieron que tomar medidas. Pulgarazo no se lo podía creer, ¡le habían quitado todo lo que tenía! Él estaba muy enfadado con sus padres y sobre todo con Lisa por decir lo que había hecho. Sus padres se dieron cuenta que Pulgarazo estaba destrozado, por lo cual le preguntaron si se arrepentía de lo que había hecho. Él dijo que no; pero también se defendió diciendo que ella no le cuidaba, sino que se pasaba todo el rato hablando con sus amigas. Los padres tuvieron que despedir a Lisa por lo que dijo Pulgarazo. Él arrepentido de sus actos, fue a la casa de Lisa para arreglarlo. La niñera le perdono y contesto que quería seguir cuidándolo porque en verdad lo quería mucho y no esperaba separarse así.
Pulgarazo se hincho a llorar y le dijo que podían verse todos los días en el parque para hablar y pasear sin que nadie les molestase.

Y colorín, colorado esté lioso cuento se ha terminado.

jueves, 12 de abril de 2012

Cuento colectivo.

TIEMBLA DE RISA




¡Kraka bouuuuuuuum! La tormenta se apoderó del día y la luz de los rayos iluminó la silueta de una misteriosa mansión. Las gotas de lluvia golpeaban los cristales de las ventanas mientras el fuerte viento sacudía con violencia los postigos. Las ramas de los árboles arañaban la fachada queriendo entrar en la mansión.

No lejos de allí, unos niños buscaban un lugar donde resguardarse de la tormenta. Habían salido a jugar cuando los sorprendió el temporal.
- ¡Allí veo algo! - dijo María.
- ¡Rápido, corred. Vamos a refugiarnos en aquella casa! - gritó Pepe.
Echaron a correr y Juan, que era un poco torpe, tropezó con una piedra torciéndose el tobillo. Sus amigos lo cogieron de los brazos y lo llevaron a la casa.

Cuando María estaba a punto de golpear la puerta, se abrió sola; el impulso que llevaba hizo que cayeran de bruces. Con un gran ruido, la puerta se cerró sin que nadie la tocase.
- ¡Uff, que vientecillo se ha "levantao"!-dijo Pepe mientras se arreglaba el pelo revuelto por el viento.

Una vez dentro de la casa, decidieron investigar. Cuando pulsaron el interruptor se dieron cuenta de que no había luz. Encendieron una vela que encontraron y caminaron en busca de una venda para el tobillo de Juan.
- ¡Huy, me he acercado demasiado a la cortina y creo que se ha quemado un poquito!
Lo que no sabían es que en lugar de una cortina, lo que habían quemado era el culo de un fantasma, porque...
¡LA CASA ESTABA HABITADA POR SERES EXTRAÑOS!

- Estad atentos. Si veis una venda, ¡cogedla! -dijo María.
Pepe, que miraba atento a todos lados, dijo:
- Ahí hay una venda, mirad, el extremo está suelto.
- ¡Menos mal, me duele mucho!
Pepe y María comenzaron a liar la venda alrededor del tobillo de Juan. Cuando terminaron, buscaron la cocina. Ya era la hora de la cena.
- ¡Uf! Me habéis apretado tanto esta venda que parece que llevo arrastrando un muerto.
Sin saberlo, habían utilizado el extremo de la venda de una momia para liarla en el tobillo de Juan. ¡Pobre momia! Con cada paso que daba el niño, ella se desliaba un poquito mas.

Entraron en la cocina que se encontraba al final del pasillo y se hicieron un bocadillo de aceite y ajos con el pan que llevaban en la mochila. De repente se oyeron muchos aleteos; eran los vampiros que habían salido volando de la cocina, espantados por el olor a ajo.
- Hoy hasta los pájaros buscan refugio. - dijo María.

Al acabar el bocadillo decidieron tomarse un plátano de postre. Sin darse cuenta, a Juan se le cayó la cáscara de plátano.

Un esqueleto que iba despistado, se resbaló con la piel y, al caerse, sus huesos se esparcieron por el suelo.

- ¡Vaya casa más aburrida! Vámonos a otra parte a vivir aventuras emocionantes – dijeron los niños.

Cuando se marcharon, todos los habitantes de aquella casa hicieron una fiesta para celebrarlo.

Alumnado de 6ºB.

sábado, 25 de febrero de 2012

Cuento.

  FLOR
¡Qué bien!, ya ha llegado la primavera, y así mi despertar. Yo deseaba que llegara la primavera, cuando no hace ni frío ni calor. La temperatura es muy agradable y siempre mis primos, los árboles, se vuelven muy verdes, después de pasar un terrible otoño e invierno. Por si no lo sabíais, mi color favorito es el verde, aunque yo sea de color rojo, mi tallo es de un potente color verde. Pero un día, el viento y las nubes se apoderaron de la primavera y del verano. Yo pensaba que era el fin y mis primos también; pero no todo estaba perdido, solo quedaba la última esperanza, la de sobrevivir mi primer año. Cuando llegó, todo era muy diferente. Cada vez tenía más frío; miré abajo y vi mis diminutos pétalos rojos caídos en el suelo. Muchas de mis amigas fallecen porque no lo aguantan. Yo aguanté, y así sobreviví. Pero después de unos meses, me di cuenta de que había pasado el frío invierno y solo me quedaba disfrutar otro año más de la perfecta primavera.

Cuento.

 LA AMISTAD MÁGICA
Cuenta una vieja leyenda que un niño y su perro se perdieron un día en el bosque.
Ese niño se llamaba Pepe y solo tenía 12 años; la gente se extrañaba porque era altísimo para esa edad.
En su cara de color leche, pequeña y fina, había unas cejas pobladas, destacaban unos ojos verdes oscuros y poseía una nariz afilada, mejillas tersas y unas orejas diminutas.
Tenía los pies enormes, calzaba un 43 y sus pasos eran gigantes.
Pepe siempre había sido un chico responsable, educado, divertido y un aficionado a las aventuras.
Era diferente a las demás personas por su manera de ver las cosas.
El perro de Pepe se llamaba Milú y era un cachorro de 10 meses.
En su cuerpo enano y regordete sólo se notaban las manchas negras y blancas; tenía unas orejas muy pequeñas y sus patas, ojos y cola casi ni se veían.
Poseía un gran carácter y era muy gruñón. Ladraba mucho, por la mañana, por la noche... y así todos los días, pero Pepe nunca dudó de que él era el mejor perro del mundo.
Pepe vivía en una casa enorme, tenía 3 plantas y estaba situada en el bosque.
Poseía muchísimas habitaciones. La mejor habitación de la casa era el salón porque era grande, muy luminoso y bonito.
Pero a Pepe le daba igual que fuera millonario, él se sentía muy solo, además de que sus padres no dejaban entrar a Milú.
Lo mejor de la casa era sus vistas, se veían un bosque gigante, verdoso y abundante de plantas, y los atardeceres eran preciosos, los colores del cielo cambiaban de amarillo a naranja. Las nubes se confundían con las sombras de la noche. El mar deslizaba sus aguas suavemente mientras la marea subía. La inmensidad del mar se confundía con el cielo en la línea del horizonte mientras el sol bajaba, lentamente, hasta desaparecer.

Un día Pepe, tan aburrido en su casa, salió de paseo con Milú al bosque. Tanto anduvieron que se perdieron entre los árboles gigantes; y de repente se encontró una ciudad mágica. Cuando Pepe y su perro entraron, vieron la triste batalla entre duendes y hadas; ya de por sí, Pepe, se dio cuenta que estaban peleados. Él fue a hablar con ellos y le preguntó porque estaban peleados, pero nadie le contestó.
El pobre niño tuvo que atravesar toda la ciudad para ir a la biblioteca y descubrir que pasaba. En el libro ponía: «Una terrible mañana de verano, desapareció el cofre de oro de las hadas, y ellas dijeron que los duendes les habían robado el cofre, pero ellos lo negaban y así, tuvieron unas terribles batallas que hasta ahora, siguen...». Pepe se quedó impactado de lo sucedido, no se lo esperaba para nada, así que fue a hablar con los duendes para saber lo que hicieron.
Los duendes se comportaron fatal, ¡no le hacían caso! Hasta que el rey de los duendes se hartó y les contó todo: ''Nosotros no robamos nada; mis súbditos vieron a unas hormigas salir del palacio de las hadas, a ellas les he contado esto, pero no se lo creen. Dicen que somos unos tacaños y ladrones''.
Pepe se extrañó, así que fue a hablar con las delicadas hadas.
Ellas por lo menos se portaron bien con el muchacho, pero tampoco es que le hicieran mucho caso. La reina tan amable le contó su idea de las cosas: ''Los duendes siempre roban oro por donde van, así que cuando desapareció el cofre, pensamos que ellos lo robaron''.
Pepe se quedó extasiado, no sabía a quien creer, a si, que fue al hormiguero a ver si las hormigas robaron el cofre. Cuando llegó se notaba muchísimo que el cofre estaba allí; él cogió el cofre y mandó una carta a la reina de las hadas y al rey de los duendes para que se reunieran.
Cuando estaba anocheciendo, sus majestades llegaron y empezaron a discutir, hasta que Pepe les paró. El muchacho empezó a decir que las hadas se habían equivocado, que el cofre no lo habían robado los duendes sino las hormigas. Las hadas le pidieron perdón a los duendes y esa amabilidad es lo que le llenó al rey de los duendes para que le pidiera matrimonio a la reina de las hadas. Las hadas y los duendes vieron todas las muchas cualidades en común y así se hicieron muy amigos. Sus majestades recién casados estuvieron muy agradecidos al niño y le concedieron un deseo; él lo tenía muy claro, volver a casa.
Cuando Pepe llegó a casa, sus padres estaban muy preocupados y Pepe les dijo que su felicidad era estar con ellos, pero en una casa muchísimo más pequeña.
Sus padres decidieron mudarse al pueblo más cercano y en una casa normal y corriente; y así Pepe fue feliz.

jueves, 29 de diciembre de 2011

Cuento del romance del Conde Niño.

CUENTO DEL ROMANCE DEL CONDE NIÑO


La mañana de San Juan, el Conde Niño fue a dar agua a su caballo. Mientras el animal bebía, el conde entonaba una linda canción; tan bella, que las aves se paraban a escucharlo. La reina despertó a su hija diciéndole que escuchara a la sirena del mar. La princesa le contestó que no era la sirena, sino el Conde Niño sufriendo por su amor. La reina, muy enfadada, amenazó con matarlo. La princesa le suplicó que no lo hiciese, porque ella también moriría de amor.  Él murió a la media noche, la princesa murió al amanecer. A ella, como hija de reyes, la enterraron en un altar; y a él, como hijo de condes, unos pasos más atrás. De la princesa nació un rosal blanco, del Conde, un espino albar. Tanto y tanto crecieron, que casi llegaron a juntarse y la reina, llena de envidia, mandó que los cortasen. De ella nació una garza, de él, un fuerte gavilán, y así, los dos pudieron estar juntos volando por el cielo.